POLÍTICA MONETARIA

La tasa de política monetaria inició el año en 4.75% y hasta octubre ha tenido dos reducciones: a 4.5% al finalizar enero y a 4.25% en abril. El incremento desde mediados de 2017 de los precios del petróleo ha permitido que la autoridad monetaria ya no haga referencia al ajuste de la cuenta corriente de la balanza de pagos como uno de sus objetivos de política, por lo cual esta expresión ha desaparecido de las comunicaciones del emisor dejando espacio exclusivo a los dos objetivos tradicionales: convergencia de inflación a la meta del 3% y senda favorable de expansión del PIB.

Nuestras proyecciones del escenario base apuntan a que durante 2019 se tendrían dos incrementos de tasas. Lo anterior se daría en la medida que la inflación aumente a niveles cercanos a 3.4% el próximo año y que la dinámica de la actividad económica mejore. Los incrementos se darían al finalizar el primer trimestre y el segundo a mediados del año. Aumentos adicionales de la tasa de interés son improbables debido a que la economía continuará, por un buen tiempo, creciendo por debajo de su PIB potencial

Estas proyecciones, sin embargo, podrían modificarse por efecto de la Ley de Financiamiento (reforma tributaria) en la medida que un ajuste importante en el recaudo debe generar una disminución en el consumo de los hogares, y por ende del producto, y un aumento de la inflación. También podrían modificarse por una actitud decidida de la FED de realizar los tres incrementos de tasas que ha anunciado para el próximo año.

 

 

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