Robo por rastros de calor, nueva modalidad de hurto en cajeros automáticos
Preste atención al hacer transacciones en cajeros electrónicos
Robo por rastros de calor, nueva modalidad de hurto en cajeros automáticos
- A través de cámaras térmicas que captan el calor de las teclas oprimidas en cajeros electrónicos y teclados convencionales, delincuentes pueden hurtar su información bancaria y en redes sociales
Plantéese la siguiente escena: está por la calle, necesita efectivo, camina al cajero más cercano, hace fila y retira su dinero y al terminar la transacción otra persona entra al cajero. Tiempo después la primera persona se entera que su cuenta bancaria ha sido violada. Posiblemente fue víctima de hurto por rastreo de huellas de calor, una modalidad en la que, a través de una cámara térmica, delincuentes sustraen las claves digitadas en teclados de cajeros electrónicos.
“Partamos del principio que todos los seres humanos emanamos calor, todo aquello que tocamos deja un rastro térmico. La intensidad del mismo depende del tiempo del contacto del cuerpo con cualquier material o elemento. Valiéndose de esto y con herramientas sofisticadas tales como cámaras que identifican las emisiones de calor del cuerpo humano y objetos, los ciberdelincuentes identifican cuáles fueron las teclas utilizadas por sus víctimas al momento de hacer un retiro en el cajero”, explica Axel Díaz, abogado senior de Adalid.
Hoy es posible comprar a través de internet cámaras termográficas desde 1´000.000. Algunas de ellas tienen la apariencia de un forro grueso de celular, por lo que pueden pasar desapercibidas por las víctimas de estos crímenes. Así las cosas, el delincuente esperar a que su víctima use el cajero electrónico, termine su transacción y luego hace una foto al teclado con la cámara. Una vez obtenidos los rastros de calor, a manera de ensayo y error, los delincuentes descifran las contraseñas en cajeros automáticos y teclados de computadores.
Díaz asegura que este tipo de delitos tienen dos tipos de escenarios. El primero es en cajeros automáticos, mientras el segundo sucede cuando los usuarios usan los computadores en espacios no privados (parques, cafés internet, bibliotecas, entre otros).
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Es importante aclarar que el tiempo en que la persona presionó la tecla es determinante para saber el orden en el que la tecleó, pues este rastro se desvanece rápidamente. De hecho, investigadores de la Universidad de California descubrieron que los rastros de calor pueden durar entre 30 segundos hasta un minuto después de presionados, a esta conclusión llegaron tras analizar las huellas de 31 voluntarios.
Por eso Díaz recomienda a todos los usuarios de cajeros automáticos, realizar un tocado simétrico-asimétrico y pseudo aleatorio al teclado, de tal manera que se pueda confundir a la cámara del delincuente y no sea posible identificar los números digitados. También al terminar la transacción, se recomienda esperar alrededor de dos minutos en el cajero mientras desaparecen los rastros de calor.
Esta modalidad de robo es bastante difícil de identificar, salvo que la potencial víctima observe a una persona sospechosa con una cámara o gadget llamativo. Por esto, “frente a un ataque, es importante tener en cuenta que los delincuentes que comenten este tipo de delitos, hacen un trabajo de ingeniería social, es decir que vigilan a su víctima por encima del hombro”, sostiene Axel Díaz.
Si bien el laboratorio forense de Adalid no ha recibido al momento casos de hurto por esta modalidad, no hay que bajar la guardia. Pues el más reciente informe de la Fiscalía General, reveló que entre el 1 de enero y el 14 de marzo de este año, hubo un incremento del 17,83% en hurtos. Siendo los delitos informáticos los más aumentaron, pasando de 2.455 casos en 2017 a 4.438 casos en 2018, un incremento de 80,77 por ciento.