El Crédito como Alternativa para Cumplir los Sueños

La mayoría de las personas, según su escala de oportunidades, sueñan con tener su casa propia, tal vez un carro, incrementar su capital de trabajo, unas ser bien empleadas… otras, tener un negocio propio; muchas, tener un título profesional, viajar alrededor del mundo, etc… Las expectativas, los sueños, las necesidades, contribuyen a búsquedas y esfuerzos que dinamizan las actividades propias de la condición humana y, dependiendo de lo que se logre, mejoran la calidad de vida de las personas y sus familias. Sin embargo, las oportunidades no son iguales para todos; en muchos casos, la dificultad está en la incompleta cobertura de las entidades financieras y en las circunstancias problemáticas que hay, en las zonas y corregimientos apartados de los centros urbanos.

Por fortuna, existen entidades financieras como las cooperativas, que ofrecen sus servicios de manera incluyente y diferencial, pues no sólo tienen cobertura en las áreas urbanas de los pequeños y medianos municipios y en las ciudades, sino que han nacido, existido y logrado estar y mantenerse llegar en veredas, corregimientos, lugares rurales apartados, donde no hay presencia de este tipo de entidades (establecimientos de crédito), logrando replicar el modelo cooperativo y solidario y contribuir al mejoramiento de las condiciones de vida de pobladores de escasos ingresos y familias campesinas, a través de los diferentes servicios financieros que ofrecen esta entidades.

DAISSY MARCELA LLANO

Por: Daissy Marcela Llano P.
Gerente COOSANLUIS

Ahora bien, uno de los servicios más apreciados y demandados es sin duda el crédito, más conocido entre la población como préstamo, la mejor opción que tienen las personas para acceder a todo aquello que desean y sueñan. En el caso de esas comunidades lejanas donde la única presencia financiera es la que brindan las cooperativas, un servicio financiero de esta envergadura, se convierte en una oportunidad para dinamizar la economía local, pues a través de los créditos se tiene la oportunidad de ampliar los pequeños negocios y fomentar nuevos, acceder a una vivienda o tener la posibilidad de remodelarla, etc.

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Con este servicio, las cooperativas han construido una historia de cambios en la vida de familias campesinas y urbanas, pues han incorporado dentro de sus portafolios de servicio, diversas líneas y modalidades de crédito que se adaptan a los gustos y necesidades de las personas con el propósito, justamente, de brindar la oportunidad de hacer realidad los sueños y proyectos. Además de las líneas para lo agropecuario, con campesinos de escasos recursos, minifundistas, se ha llegado a las oportunidades del crédito educativo –por ejemplo- que permite a muchas personas acceder a una institución de educación superior, propendiendo siempre por el bienestar y una mejora sustancial en las condiciones de vida a largo plazo.

“La idea es que el crédito no se asocie como una carga financiera, sino como la posibilidad de proyectar, gracias a él, un mejor futuro”

Desde esta perspectiva, la colocación de créditos por parte de las cooperativas, ha presentado una significativa participación a escala nacional, así lo ratifica el informe generado por Confecoop frente a la actividad financiera presentada a diciembre de 2017, en donde se plantea que el cooperativismo financiero ha registrado un impacto positivo en el país, con una participación total del 4.3% en relación al volumen de cartera de los establecimientos de crédito a nivel nacional. Este porcentaje se divide, a su vez, en las diferentes líneas de crédito que tienen estas organizaciones, siendo el crédito de consumo el de mayor participación, con el 10.32% seguido del microcrédito con el 9.3%, vivienda 3.3% y comercial 1.21%.

Cifras que son alentadoras para el sector cooperativo, pues ratifican que los créditos son y seguirán siendo una excelente opción para que las personas adquieran todo aquello que quieren, sueñan, desean o proyectan, con la ventaja de que las cooperativas no buscan sobreendeudar a las personas, sino que contribuyen a generar tranquilidad y facilidad en el pago de las obligaciones, fomentando la cultura del uso racional y consciente, de cara a la generación de una mejor estabilidad económica y personal, de tal manera que el crédito no se asocie como una carga financiera, sino como la posibilidad de proyectar, gracias a él, un mejor futuro.

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