Consultoría Empresarial
La Consultoría Empresarial es una actividad profesional orientada a poner al servicio de una organización el conocimiento, la experiencia, las metodologías y mejores prácticas, los recursos necesarios para identificar y definir problemas, crear, diseñar e implementar soluciones, ejecutar procesos y gestionar el cambio en las organizaciones.
Su objetivo fundamental es generar valor y crecimiento para las organizaciones, ayudando a construir una mayor competencia y capacidad de gestión, desarrollando al mismo tiempo las competencias y habilidades de sus empleados para trabajar en ambientes de alto desempeño, innovación y mejoramiento continuo.
Según Peter Block (Block, 2011) la consultoría se da cuando se influencia a una persona, grupo o una organización para hacer un cambio o facilitar un aprendizaje. El consultor no tiene el poder directo para hacer el cambio o implementar los programas que propone; esta responsabilidad sobre la acción le corresponde directamente a la gerencia de la organización.
Importancia de la Consultoría Empresarial
La importancia de la Consultoría radica en el aporte significativo en las personas, tanto en su crecimiento profesional como personal, en los equipos de trabajo en el desarrollo de nuevas competencias y en la cultura de la organización mejorando el clima laboral. Algunos de los aportes más relevantes son:
Ayuda en la identificación, análisis y solución de retos y capitalización de oportunidades.
Posiblemente la principal razón por la cual las organizaciones acuden a la consultoría es para encontrar ayudas para enfrentar retos y solucionar problemas que enfrentan tanto internamente como por cambios en el entorno de mercado y de negocios. Se espera que el consultor aporte su conocimiento y experiencia para analizar las situaciones de manera objetiva, diseñar y proponer y ayudar en su implementación y puesta en marcha.
De la misma forma, se busca la participación de un consultor cuando se requiere analizar la viabilidad, factibilidad e impacto de una oportunidad de negocio o un proceso de transformación que pueda afectar tanto el modelo de negocio como el modelo de gestión de las organizaciones.
Aporte al crecimiento personal y profesional de los equipos de trabajo.
La intervención del consultor incide en forma importante en el desarrollo y crecimiento de las personas de la organización paralelamente con el alcance de los aspectos puntuales objeto de la consultoría. La consultoría integral reconoce que las personas de la organización deben crecer y desarrollarse para poder lograr el crecimiento y desarrollo organizacional.
El consultor puede detectar, proponer y realizar acciones que apoyen a las personas de la organización a aceptar, comprender y procesar sus situaciones personales que se están expresando en su ejercicio laboral y están incidiendo en la organización.
Un buen proceso de consultoría debe sensibilizar a las personas al cambio y a la mejora, estimularlos a tomar riesgos, innovar y probar cosas nuevas; debe permitirles cometer errores y aprender de ellos; debe generar reflexión para cambiar la acción y desarrollar nuevas competencias. La mayoría de las veces el consultor tiene la posibilidad de asumir el rol de coach 1/ de las personas o grupos del sistema de cliente, competencia que es útil para ejercer la actividad de la consultoría.
Es indispensable el involucramiento de las directivas de la organización para que puedan darse estos procesos de cambio y crecimiento en las personas, deben propiciar los espacios de cocreación que permitan que el impacto sea altamente relevante para la organización.
Fortalecimiento de los equipos de trabajo:
La mayoría, sino todos los procesos de consultoría, requieren de trabajar con grupos y equipos de trabajo, ya sea en la consecución de información, análisis y procesamiento de la misma, socialización de resultados, capacitación y entrenamiento, como en el desarrollo de actividades específicas para generar cambio. Por ello se debe tener muy clara la forma como se va a impactar positivamente para que el equipo se consolide, reconozca y valore sus cualidades y competencias, se motive hacia los retos y la superación de obstáculos, identifique sus debilidades y desarrolle planes de mejora.
La motivación y buena disposición que el equipo tenga en el proceso van a asegurar su disponibilidad y permanencia hasta el logro de resultados. Por lo tanto, debe evidenciarse la ganancia visible para el equipo y mantenerlos comprometidos con el proceso, lo cual ayuda a superar los obstáculos de clima organizacional, agiliza los demás procesos en que esté involucrada la consultoría y facilitará la búsqueda de los resultados esperados en el proceso.
Impacto en el clima organizacional:
El clima organizacional en el que se trabaja en una empresa está dado por los comportamientos, creencias y sentimientos que viven los colaboradores en su día a día dentro de la organización.
Cuando en la consultoría, los colaboradores se sienten reconocidos y valorados, cuando las directivas de una organización, al invertir y definir una intervención de un grupo consultor, demuestran su interés en el desarrollo de la empresa. Es innegable que genera un impacto en el clima organizacional, las relaciones de las personas y los niveles de rendimiento de personas y equipos. Es más fácil que esto se dé, siempre y cuando la empresa tenga un clima esperanzador, positivo y optimista. De no ser así, puede percibirse como amenazante, peligroso y riesgoso generando miedos e incertidumbre.
Es importante al iniciar un proceso contar con la evidencia cercana del clima organizacional en el que se trabaja para poderlo gestionar para estimularlo o contrarrestarlo. El proceso de consultoría aporta metodologías, técnicas, herramientas y formas de relacionarse, información, conocimiento y aprendizaje que deben ser reconocidos y recogidos para que puedan ser utilizado en el quehacer de la organización.
Se plantean en estos procesos generar espacios de reflexión que permitan reconocer el proceso que se vive con los resultados obtenidos del mismo, la identificación de las formas distintas de poder hacer, pensar o sentir las mismas realidades las cosas que funcionan y las que no funcionan. Es una oportunidad para retar a las personas a salirse de las zonas conocidas (o de comodidad), asumir nuevas responsabilidades que les permitan manifestar y desarrollar nuevos niveles y nuevas competencias que su trabajo ordinario no les permite, afeando de esta manera también los niveles de productividad y desarrollo del personal.
Beneficios para empresarios y directivas:
La consultoría facilita a los empresarios y a las directivas el debatir, conocer y reflexionar en temas que no son de su experticia, les permite acceder a conocimiento certificado y a beneficiarse del mismo, no solo en aprendizaje nuevo sino en acciones concretas que le permitan agregar valor a su empresa.
La temporalidad de los procesos de consultoría les da la posibilidad de contar con sus aportes sin encarecer la nómina y sin recargar la estructura. Esto da la libertad de seguir a una siguiente etapa o suspenderla cuando lo estimen conveniente y de volver a contratar cuando lo requieran.
Tipos de Consultoría Empresarial
La consultoría es una actividad genérica que se puede desarrollar en cualquier área del conocimiento y en cualquier sector en que se desempeñe la organización, ya sea pública, privada, social, salud, educativo, agrícola, eléctrico, entre otros.
Los tipos de consultoría que se pueden dar de acuerdo con la naturaleza o propósito del servicio que se ofrece:
- Consultoría Organizacional: va dirigida a fortalecer, generar cambio y aprendizaje en la forma como se administra y gerencia la organización; es transversal, generalista y de carácter estratégico. Como consultoría organizacional o empresarial podemos mencionar la consultoría en: planeación estratégica, gestión de calidad, tecnologías de información y comunicación, financiera, de mercadeo, de ventas, de sistemas de información, de logística, de producción y gestión humana.
- Consultoría Técnica: Tiene como propósito atender problemas específicos en procesos puntuales de un área de la organización, se especializa y ocupa de una técnica en particular. Dentro de la consultoría técnica estaría por ejemplo la consultoría en procesos productivos, termodinámica, calibración.
Por qué o para qué tomar una Consultoría Empresarial
Para Kubr (Kubr, 2012) las razones que motivan a los empresarios y a las directivas a contratar un servicio de consultoría son:
- Alcanzar los fines y objetivos de la organización
- Resolver los problemas gerenciales y empresariales
- Descubrir y evaluar nuevas oportunidades
- Mejorar el aprendizaje
- Poner en práctica los cambios
Ayudar a alcanzar los objetivos que los empresarios quieren conseguir, preservando el aprendizaje organizacional es clave para la empresa y esto se obtiene con un equipo consultor idóneo que permita generar conversaciones entre las personas y equipos de la organización, documentando la situación crítica del proceso y cómo se llegó al nuevo nivel que la organización deseaba alcanzar.
Si bien los objetivos de la consultoría empresarial pueden ser numerosos y variados dependiendo de las necesidades particulares de la organización cliente, el objetivo principal y fundamental de todo proceso de consultoría es asistir a las organizaciones en sus procesos de cambio y transformación. Este gran objetivo podemos dividirlo en dos objetivos particulares:
- Ayudar en la identificación, definición y análisis objetivo de los retos y problemas que una organización enfrenta.
- Identificar, diseñar, desarrollar e implementar las soluciones adecuadas a los retos de negocio que enfrentan las organizaciones, contribuyendo al logro de sus objetivos y metas de negocio y al crecimiento y desarrollo de sus colaboradores.
Papel de los Consultores en el campo Empresarial
La consultoría es la actividad, que como lo ha venido resaltando la CCB (2006) vincula la academia a través de la investigación, la generación de conocimiento y el acopio de información con la actividad empresarial y productiva del país por medio de la aplicación del conocimiento en sus procesos. El consultor tiene como principal objetivo emplear el conocimiento en su área e experticia para traducirlo en soluciones para la empresa. El consultor hace el enlace entre la creación de conocimiento y su aplicación práctica para generar resultados tangibles y medibles.
El nuevo conocimiento y el acopio de información, gracias a internet, está en manos también de las organizaciones convirtiéndose el consultor, ya no en vehículo exclusivo para la transmisión de la información y el conocimiento, sino en facilitador para que la organización los aplique y los utilice para beneficiarse de ellos en la construcción de sus propias soluciones.
La organización puede ser de cualquier tipo, ya sea de carácter empresarial, educativo, social, público o de salud. Entendemos por organización cualquier grupo social que interactúe para buscar una meta a través de la estructuración sistemática de tareas y procesos para cumplir con sus objetivos.
Según la guía para la profesión de la oficina internacional del trabajo, dirigida por MIlan Kubr (Kubr, 2012) la consultoría de empresas es: “un servicio de asesoramiento profesional independiente que ayuda a los gerentes y las organizaciones a alcanzar sus objetivos y metas de la organización mediante la solución de problemas gerenciales y empresariales, el descubrimiento y la evaluación de nuevas oportunidades, el mejoramiento del aprendizaje y la puesta en práctica de cambios”.
En esta definición es claro que la actividad que ejerce el consultor debe realizarse con criterio independiente, sin subordinación del cliente; independencia que creemos es definitiva para poder ejercer la actividad y alcanzar los objetivos que pretende. En nuestra experiencia vemos que si no se tiene esta independencia se dificulta el poder direccionar el cambio cayendo en los propios errores o corriente actual de la empresa. Esta actividad se puede ejercer en la medida en que se tenga autoridad para tomar distancia y evaluar a la organización, su estrategia, objetivos, políticas, prácticas, procesos, estructuras y recursos desde fuera, sin estar implicados en ellos y sin que haya subordinación. Ello no implica que se deje de lado las percepciones, las costumbres, el modo y la cultura con que ellas operan, sino más bien, es partiendo de sus modus operandi que se empieza a construir nuevas realidades para el cliente.
Por: Adriana Villota A.